lunes, 2 de febrero de 2009

BARUYERA 5 - Acerca de la construcción social del cuerpo sexuado

por gabi dv. Los hombres y las mujeres de nuestra época –probablemente, de todas las épocas- son cuerpos sexuados: un producto cultural, una construcción social, ya que los modos de habitarlo despliegan sus posibilidades en los escenarios de la opresión de género, clase, etnia, religión, etc. ¿Lo qué? Hacia allá vamos, pero antes, un paréntesis indignado: No me gusta la expresión “habitar el cuerpo sexuado”, como si el cuerpo fuera el lugar donde el YO –una entidad muy difícil de conceptualizar- vive. Como si ese YO fuera otra cosa distinta del cuerpo, un cuerpo-vaso-hueco, ¿relleno? de un ¿alma? ¿psiquis? ¿mente? Realmente, no entiendo. Deconstruirse mujer A las mujeres se nos niega el derecho a ser cuerpos potentes. Piercings y tatuajes no son para nosotras (solía tener una argollita en el labio inferior, recuerdo que un casi-amigo me dijo que no le gustaba porque era muy “masculino”. Que alguien me explique que tiene de masculino una argolla…). ¿Será porque no nos bancamos el dolor? Depilación con cera, corpiños con aro, binchas de plástico, tacos aguja, tangas de infames elásticos. Todo eso sí es femenino. Y todo duele mucho. Sentidos hegemónicos, cuak! No por construcción menos eficiente y real: con el tiempo, te deja de doler. Te acostumbras, se te hace un callito al costado, debajo de la axila, donde se te clava el aro del corpiño, en el talón, donde se apoya el taco aguja. Nos terminamos convenciendo de que hacerte un pap, o una ecografía intravaginal es “un examen de rutina”. Bueno, todas esas practicas de transformación del cuerpo femenino que se naturalizan. No por nada dice Preciado que la mujer hoy –biomujer del neocapitalismo fármacopornográfico… qué genial señora- es ya tecnomujer. Y de repente, un día como cualquier otro, te gusta ella (y ella es cuerpo potente). Ser lesbiana hace estallar la economía erótica hegemónica: ¿Quién es masculina y quien femenina? porque masculina es la imagen de la marimacha, pero masculina tambien es la que encara, la que avanza. (Ah, no, el psicoanalisis dice que eso es falico) ¿a quien le toca dar el primer paso? ¿y el primer beso? ¿Cuales son las reglas del levante lesbico? Con lo arbitraria que es la logica binaria, casi cualquier caracteristica de nuestros cuerpos y de nuestros modos podria ser calificada como masculina o como femenina. lo que no entiendo bien todavía es cual es el criterio… lo que no entiendo bien todavía es donde caigo yo… prefiero pensar que la dicotomía es falaz: la dicotomía se sostiene a fuerza de practicas normalizadoras que van desde el bisturí hasta los ejercicios de “gimnasia modeladora”, en una amplia gama de regimenes de transformación del cuerpo mas - menos sangrientos, mas - menos dolorosos, que tienen como único objetivo acercar los cuerpos a alguna de esas dos únicas posiblidades: tipos puros de masculinidad y feminidad. Mas vale que nos demos cuenta pronto que si una mide metro y medio, es imposible acercarse, que si una es gorda, barbuda, se viste con ropa cómoda, y no linda y complicada, rota o manchada, y no limpisima y planchadísima, si una usa zapatillas en vez de tacos, mochila, en vez de carterita diminuta… bueno, podría seguir hasta el hartazgo, pero me parece que para ilustrar alcanza, no? El tema es deconstruir el deseo que nos impusieron a ser ese cuerpo imposible -preguntarnos por qué, para qué, para quién/es querríamos ser-, reconocernos cuerpos potentes, desistir de guiarse por las reglas –y marcas- de género, e inventar. Porque una se queda sin reglas con las cuales predecir lo que va a pasar en el encuentro con la otra. Hay que inventar. Hay que inventarse[1]. En eso estamos: Baruyera, cultura Tortillera. [1] (Ser otra. Por hoy, para ella, esta noche; acá, en este trabajo, acá, con los chicos; y así. explorar las posibilidades de no los modos de habitar, sino los modos de ser. Las infinitas posibilidades de ser, nuestra potencia. Sin hacernos cargo de las reglas –pero si midiendo las consecuencias…-, haciéndonos cargo de nuestros deseos –incluso para decirnos a nosotras mismas ese deseo es heteropatriarcal, y no lo voy a vehiculizar- Cuidado, mirar para atrás y dudar, -caminos oscuros-, lo que alguna vez tanto queríamos, se deshace. las que tenemos pibes -algunas-… (Quizá los trajimos al mundo estafadas, engañadas, coaccionadas). Sí, ¿y qué? Ahora los amamos –todo lo que podemos…-, tratamos de no enojarnos cuando las abuelas y las tias les dicen que las lesbianas bla -grrrr-, y les explicamos 85 veces que Vero y Sonia son novias -zzzzz- [y nos buscamos una novia a la que le gusten los chicos]).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buen artículo... da ganas de ser lesbiana =)

Anónimo dijo...

ey! muchas gracias!
a (hac)ser
siempre se empieza por las ganas...

gabi dv.

Anónimo dijo...

Me gustó el artículo.
"Lo que no entiendo bien todavía es cual es el criterio", bueno, en mi opinión, los criterios más comúnes son que esto es "natural" y eso es "antinatural", es el argumento más fuerte (por eso será que hay tanto interés en saber cuál es el "gen" de la homosexualidad).
Y lo peor es que esos discursos circulan por el sentido común, nunca son explícitos y su eficiencia está en esa cualidad "subliminal". Hasta que uno empieza a leer, a conocer otras experiencias...
Es necesario que se difundan estas cosas, lo más posible, para que los que sentimos una "molestia" con las prescripciones del género podamos compartir nuestra experiencia y combatir los sentidos hegemónicos (que, en estas cuestiones del género, son los más prescriptivos de todos)
Saludos!
Agustina-