miércoles, 29 de octubre de 2008

MARCHA DEL ORGULLO

La comisión organizadora de la Marcha del Orgullo GLTTBI ha decidido que la consigna para este año es “voten nuestras leyes”. Desde nuestra particular forma de entender y ejercitar la militancia participamos de la marcha considerando que es un espacio de visibilidad valioso. De todas formas no estamos de acuerdo con la consigna central del evento. No queremos que nos “legalicen”. Queremos mantenernos como parte de un movimiento de transformación real, contundente, definitivo. ¿Qué ley nos "salvará" de una sexualidad estandarizada, prefedinida, medicalizada, racializada? "botemos las leyes" es nuestro más firme argumento en este caso. Hace un tiempo escribimos un manifiesto que creemos es interesante rescatar hoy. Aquí va parte de ese trabajo que expresa nuestras ideas acerca del mundo que queremos. "Somos guerrilleras, revulsivas, insidiosas e incordiosas. Los movimientos orquestados desde los macropoderes disciplinadores nos causan náuseas. Y vomitamos.
No queremos unos largos protocolos de test ni certificados que acrediten nuestra presuntamente deseable “normalidad” para acceder a los derechos de un mundo que ya está totalmente armado… y repartido…Por eso hoy –como todos los días– decimos que no estamos de acuerdo ni apoyamos una ley de identidad de género que quiera estandarizarnos o devolvernos al binomio hombre/ mujer, hetero / homo, femenino/ masculino. Tampoco queremos que un comité de expertxs defina cuán asentadxs sobre un género u otro estamos. Ninguna mujer u hombre que pertenezca a la matriz hetero debe en ninguna instancia de su vida ratificar su grado de feminidad o masculinidad.
No queremos programas para gays y lesbianas que nos patologicen como depositarixs de una extraña afección que necesita tratamiento especial. Porque de esta manera no sólo se monta un negocio sobre las identidades transgresoras sino que además se elude la marca indeleble de la homofobia y el heterosexismo en la sociedad. Ningún heterosexual acude a un centro a pedir ayuda por la homofobia que lo aqueja.
No estamos de acuerdo con los discursos de la tolerancia y la aceptación. No se puede “aceptar” la diversidad, como dicen algunas personas, asqueadas pero resignadas a convivir en un espacio que no es sexualmente puro. La diversidad “es” y su existencia no depende de nuestra voluntad de aceptarla o no.En cambio, sí depende de cada persona involucrada de algún modo, el problematizar las “diferencias” que construyen unos sujetos que “aceptan” y otrxs que debemos ser “aceptadxs”.
No queremos ser más objeto de investigación de la ciencia heterosexual que legitima sus propias y convenientes (para sí) “causas”, “características” y “categorías”. Tenemos voz propia y sabemos cómo construir y legitimar los saberes que nos sean útiles, necesarios. La heterosexualidad cotidiana –que es compulsiva tal vez sin tener conciencia de ello– debería investigarse a sí misma, preguntarse cuáles son los vericuetos que la han convertido en la máquina de opresión mejor diseñada de la historia, cuál es su papel en la construcción, sostenimiento y reproducción de las opresiones pasadas y actuales a las que muchas veces, paradójicamente combate.
No queremos una Educación Sexual anclada en el Uno heterosexual como centro de todas las cosas y que desde allí se desplace por lo múltiple. Como quien pasea por un supermercado de “variedades”.No queremos una ley de matrimonio.
No deseamos entrar en el mercado de las personas “casables” “solteronas” “cónyuges”. No queremos que el estado legisle y designe a quién/es debemos amar, con quién/es debemos compartir la vida, de quién/es debemos hacernos cargo.Si ese es el precio, preferimos seguir siendo lo no representable"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo. Es una grave incoherencia asistir a un evento con cuyas proclamas principales no se coincide, y aún más: se esta en contra.

En otro post se denuncia que la marcha es un hecho glomoroso y comercial. No sé si lo dicen por las travestis producidas o los disfraces, tal vez porque la Cooperativa Nadia Echazu ofrecía a la venta un libro, seguramente bancado por la SIDE o el PJ. O tal vez por los puestos de multinacionales del pancho y la artesanía, en Plaza de Mayo.

No entiendo cómo es que el estado me va a decir con quién debo vivir o de quién debo responsabilizarme, tal vez lo dicen por los sobrevivientes de parejas de hecho que se quedan sin casa, sin fotos, sin su ropa, despreciables objetos típicamente pequebu. Ah, no, porque ahora el ANSES me va a dar 150 pesos por ser torta K.

Bueno, pero ser coherente, ya lo sabemos, es un rasgo heteropatriarconormativo.

Baruyera Entremeses dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Baruyera Entremeses dijo...

Fer:

No estamos discutiendo que las personas del mismo sexo puedan casarse.
Simplemente no es lo que nosotras queremos arrancarle al hetero patriarcado capitalista.
Preferimos pensar en otro orden de cosas dentro del cual para llevarme una foto de la persona que amé no necesite al Estado dándome permiso.
Y si..la coherencia es una imposición de la modernidad para obturar muchas veces la creatividad y la indagación.
A veces coherencia suena a corset, no?
Gracias por dejar tu huella.

Vero

Anónimo dijo...

Pero el planteo del artículo va directamente a ese punto, Vero, al derecho de las personas del mismos sexo a casarse. No se explaya sobre otras demandas, u otros proyectos de ley con los cuales puedan compartir objetivos, se ataca de plano a ese proyecto, se explica claramente por qué estan en contra de esa propuesta. Buenísimo, eso es más que válido, participan con una postura muy crítica respecto de un tema saliente dentro del movimiento y muy importante para muchas personas, pero vamos, acaso la famosa ley de matrimonio es lo único en la agenda de las organizaciones GLBTTI? Cuando se escribe "botemos las leyes" sin duda se hace desde el ideal libertario, pero atención porque a menos que estemos a punto de tomar la Casa Rosada y proclamar la Comuna de Buenos Aires, de esas leyes dependen cosas como la vida de muchas compañeras travestis, por citar otro ejemplo.

Y francamente, la caracterización que se hace de la marcha como un evento comercial y relacionado con el mundo "fashion", es una arbitrariedad. Yo marché en alpargatas, vea. Estuvieron ahí los Putos Peronistas, y no puedo compartir su adhesión aunque más no sea a la mitología peronista, sobretodo cuando me pregunto qué ha hecho el peronismo por los putos. Pero me alegro de que marchen, y quién soy yo para decir que eso es pura performance? No hay una comunidad GLBTTI, eso es claro, es un grupo atravesado por diferentes intereses de clase, etc., donde cada subgrupo juzga que el otro es un "payaso", porque no nos importa la suerte del otro. Pero si venís al "circo", (he ahí cómo una imagen vale mil palabras!) a este "circo del orgullo", no tenés que pagar entrada para aplaudir, venís para meterte en la arena. Y una vez adentro, podés divertirte, también, pero si creés que sos el único que tiene entidad política y los demás son payasos que le piden permiso al señor para armar una joda, no sé, a mi por lo menos eso me hace un ruido feo.