lunes, 20 de octubre de 2008
Argumentos, leyes, desvíos. Feminismo y neoconservadurismo
El Senado de la Provincia de Buenos Aires acaba de aprobar un proyecto de ley impulsado por los bloques mayoritarios (FPV y Coalición Cívica) que estipula la creación del llamado “registro provincial de violadores”. En este registro se asentarán la identidad y demás datos personales de los condenados por delitos contra la integridad sexual. Al mismo tiempo, el proyecto de ley estipula la creación de un banco de datos genéticos donde “se incluirán los resultados de los estudios genéticos realizados en todas las investigaciones penales, especialmente en las que se investiguen delitos contra la vida, la integridad sexual, la identidad o la libertad de las personas".
Esperamos que este proyecto oriente al feminismo local a una profunda reflexión acerca de cómo ciertos argumentos que nuestro movimiento creó con fines emancipatorios, tienen una enorme solvencia política para el neoconservadurismo.
No estamos de acuerdo con un registro de violadores, ni con la creación de un banco de datos genéticos:
1) Porque la mayoría de los violadores son conocidos por las mujeres violadas. Están dentro de sus hogares, escuelas, oficinas, clubes, comisarías, parroquias, juzgados, vecindarios. Conocemos sus rostros porque violan a cara descubierta. Y aún denunciándolos a cara descubierta prevalece la indulgencia, la sospecha hacia las víctimas y la impunidad.
2) Porque debilita la credibilidad de las mujeres: asume que la prueba material (el dato genético) es imprescindible/necesario/determinante para hacer valer nuestro derecho a la integridad.
3) Porque no tenemos esperanzas de que los curas o los violadores de prostitutas y travestis estén en el registro. Tampoco nos ilusionamos con que el registro considere violadores a los varones que fuerzan a sus legítimas esposas dentro de una relación matrimonial.
4) Porque alimenta el mito del violador serial y crea un nuevo sujeto: el “violador de baldío”. No promueve cambios sociales, simbólicos ni políticos para reducir la violencia sexual.
5) Porque confiere poder a la policía y no garantiza que los violadores vayan a la cárcel. Al incluir delitos contra la libertad (secuestros) y registrar datos genéticos de “todas las investigaciones penales”, se devela el verdadero deseo que impulsa la ley y que ésta disfraza con argumentos de “protección a la mujer”. Intuimos que seremos la excusa para criminalizar a los sujetos vulnerables de siempre.
6) Porque si consideran que es un delito tan grave, promoverían cambios en las condiciones que hacen posible una violación. Los violadores son varones que se exceden en el ejercicio de poder que el patriarcado pornocapitalista les otorga; poder que ningún juez, periodista, policía, cura o padre de familia cuestiona.
7) Porque la sociedad educa a los niños para que sean violadores y a las niñas para que sean violables, y después los culpabiliza apelando a la responsabilidad individual.
8) Porque penaliza a las personas y no a las acciones, y esto es inconstitucional. Al etiquetar a alguien de por vida se le quita la posibilidad de modificar sus conductas.
9) Porque supone que la sobreviviente de una violación no puede jamás reponerse del trauma, con lo cual sería justo marcar al violador de la misma manera, de por vida. Pero la violación no es un estigma, ni para la víctima ni para el violador. Es un abuso de poder de los más violentos que puedan imaginarse, y uno de los pocos que están penados por ley.
10) Porque nunca fue un objetivo feminista tener un registro de este tipo.
PUBLICADA EN BARUYERA 5
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