Estoy convencida de que a la discriminación se la debilita con ostentación, y que a las fobias que produce la heterosexualidad obligatoria se las corroe enfrentándolas alegremente… poniendo el cuerpo y los cuerpos. Y poniendo telas, que aunque el género no importe, la materialidad sí que tiene lo suyo…
El fundamento de este pedido es que la visibilidad exagerada multiplicará las capacidades, los deseos y los ánimos de erradicar las convenciones sociales capciosas y dañinas.
Hacer ver y poder ver no es una tarea pendiente de quienes nos cruzamos de vereda, sino de quienes no ven, no escuchan, no saben, no hablan. La visibilidad y la invisibilización, la nombrabilidad y el silencio, son dos caras de una moneda que podríamos con cierto esfuerzo convertir en el inútil redondel de una cucarda.
Para terminar, y porque aunque lo intente no puedo dejar de ser lo que soy, se me ocurrió una forzada analogía. Durante cientos de años, en Occidente se afirmó que el sol giraba alrededor de la tierra. Hoy afirmamos otra cosa, aunque a veces el sentido común nos juegue en contra.
Tal vez se estén preguntando qué tiene que ver el sol con el respeto de los placeres sensuales y las maneras en que nos vemos, nos vestimos y nos llamamos. Tal vez les parezca que la tarea de deconstruir esta sociedad que es racional y decididamente placer=fóbica y, al mismo tiempo, reconstruir una cultura en la que no existan la discriminación ni el odio por opción erótica, de género o de sexo tiene muy pocos puntos en común con la construcción hace unos buenos siglos de una mentalidad heliocéntrica sobre la estructura sólida y políticamente interesada del geocentrismo. A esta posible objeción respondo que, en mi opinión, esta comparación ilustra cómo y con cuánta parcialidad las preguntas que una sociedad se formula son al mismo tiempo límites y anclajes de las respuestas que esa misma sociedad puede darse. El odio se origina, siempre, en respuestas crueles a preguntas sin sentido.
Por eso, como cierre, propongo que los días de lucha contra la discriminación –que para muchas personas son todos los días y para muchas más no son ninguno- se conviertan a partir de hoy y por nuestro empeño, en días de lucha por la erradicación de los factores que construyen esas arbitrarias pero racionales formas de maltrato.
EN MEMORIA DE NATALIA GAITÁN, FUSILADA POR LESBIANA POR UN MATÓN DE LA HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
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