El viernes 3 de octubre comenzaron en la legislatura porteña una serie de reuniones públicas promovidas por la comisión de salud con la finalidad de logar reglamentar el aborto no punible en la Ciudad de Buenos Aires.
Algo tan simple y obvio como que un artículo del código penal se reglamente para establecer los modos en que se obtendrá el acceso a las excepciones por las cuales un aborto no es penalizado, se transforma en un cruce ideológico que devela crudamente alguna de las hipocresías del Estado de Derecho: las leyes no alcanzan, son letra inútil cuando no hay decisión de hacerlas cumplir. Pero es verdad también que todo doble discurso (incluso el democrático) puede jugarte en contra, el artículo 86 está en el código penal y este año algunas y algunos legisladores parecen decididos a hacerlo “practicable”.
Tal y como se presentan las cosas hemos quedado entonces a merced del juego de la democracia y viene la parte que a muchas y muchos nos divierte (si no fuera para llorar): ver quién gana la pulseada.
La idea de estos encuentros es convencer a las y los legisladores de que es un paso adelante en materia de acceso pleno a la ciudadanía permitir a las mujeres ejercer un derecho que ya tiene muchas décadas de legislado pero que aún resulta impracticable. Una obviedad que tengan que convencerse de eso ¿no? Bueno, pero así están las cosas.
Por su parte aquéllos que saben exprimir bien la democracia en nombre de la “pluralidad de opiniones” se sentaron a la mesa a decir que el aborto es un crimen. ¿Quién quería discutir eso? Alguien que les avise que ese no es el ámbito para ir a decirlo. Se equivocaron de dirección, ahí nomás está la catedral si quieren llorar o el congreso de la nación si quieren presentar una modificación al código penal. En estas reuniones se discute otra cosa. O debería.
Los señores de la iglesia que vinieron a hablar por las mujeres y “los niños intrauterinos” (como le llamaron en algún momento) argumentaron lo de siempre y más. Un tal Dr. Turzi alertó sobre "lo innecesario de cometer" un aborto, como quien recomienda cambiar de estrategia para cocinar una berenjena. Su revelador argumento fue que se están inventando unas incubadoras que podrán prolongar la vida del feto fuera del útero casi desde su concepción.
Tenemos cuatro teorías sobre el Dr. Turzi:
1) había fumado algo ilegal antes de la reunión
2) tiene una fábrica de incubadoras
3) siempre es así de cínico
4) o es un verdadero feminista de los ´70
Verdaderamente Turzi si usted tiene esas incubadoras socialícelas ya! A ver si así nos dejan en paz de una buena vez! Sería realmente un salto cualitativo para la vida de las mujeres no solo no estar obligadas a utilizar nuestro útero para generar más mano de obra sino también liberarnos de ser madres. Porque después de un embarazo no deseado, sigue una maternidad menos deseada aún y tan o más sujeta a la condena social y judicial cuando elegimos no ejercerla.
Por el otro frente, Aníbal Ibarra ahora legislador porteño, ensayó una precaria pero efectiva (y efectista, viejo político) defensa de los proyectos ahora aunados.
La verdad que en un momento la discusión era Ibarra vs. Solanet y varias pensamos “¿qué está pasando que dos tipos están disputándose el destino de nuestro útero?”. Suponemos que son los riesgos de las “democracias de género”, pero enseguida Diana Maffía tomó la palabra y como siempre levantó aplausos y elogios. La legisladora feminista instó a los señores de la iglesia a que “dejen de pedirnos actos heroicos porque los actos heroicos son admirables pero no exigibles” y sostuvo más o menos que quienes estaban en esa mesa representando a la iglesia pensaban que hay derechos que van más allá de la voluntad humana, es decir, que no son materia legislable, entonces si más el 80% de la ciudadanía acuerda con que el aborto en ciertas circunstancias debe practicarse, no importa.
Nota de Baruyera ¿Y a qué no saben quién decide sobre esas cuestiones que las personas no tenemos "competencia"?
El 17 de octubre es la próxima reunión, esperamos ser más las de pañuelos verde. Y más las que usemos el espacio reservado a la ciudadanía para expresar lo que pensamos.
Un argumento que no faltó porque desde el CEDES se presentaron estadísticas contundentes, pero que creemos hubiera sido importante reforzar fue que las mujeres de cualquier modo abortamos y lo seguiremos haciendo. Y así como Turzi prepara incubadoras nosotras experimentamos en la clandestinidad.
A nuestro entender lo que se omitió decir es que las mujeres no pedimos legitimidad para nuestras prácticas, nosotras ya hemos concensuado con distintos argumentos que el aborto es una de las herramienta para combatir la cultura androcéntrica. Lo que pedimos al estado es que dé reconocimiento legal a la reapropiación que de hecho hacemos de nuestro cuerpo alrededor de 400.000 veces al año y nos asista con las instituciones que nosotras mismas sostenemos, cuando decidimos que no es momento para gestar.
Por último nos preguntamos si es posible (o sea legal) que un estado se demore tanto en reglamentar el acceso a un derecho ya adquirido como es abortar en ciertas circunstancias.
Veremos cómo sigue el debate…nos vemos el 17.
4 comentarios:
Preguntenle a Turzi si hay incubadoras que mantengan el feto hasta los 21 años asi ya salen directo a trabajar.
jajajajajaj qué buen comentario el anterior.
en fin, me siigo riendo con las 4 teorías. para mi que es un verdadero feminista de los 70
me mataron las teorias sobre Turzi
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